Ya lo habíamos contado en Hispanidad, pero ahora lo narra, de forma más prolija y exhaustiva, Gaceta de los Negocios: doña Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid y líder del Partido Popular, ha retirado todo el apoyo público a la Red de Madres, en definitiva a la asociación que ayuda a las madres en dificultades para que tengan a su hijo y no aborten.
En la supresión de ese tipo de ayudas se percibe el espíritu que anima al ayudante. Porque es cierto que la ignorancia sobre el aborto afecta hasta a la propia madre, cuya naturaleza tiende a despertarla a posteriori: el bebé muerto y la madre muerta en vida.
Ahora bien, muchas madres, aquejadas, principalmente, de soledad y de miedo, tendrían a su hijo si dispusieran de los medios y de la compañía necesaria. Y una vez nacido, como les mostrarán en cualquier centro de acogida a mujeres embarazadas... ninguna madre lo suelta. Los abortistas se aprovechan de que vivimos en la sociedad de la imagen: el nasciturus apenas se ve y no se toca. Pero cuando se puede ver y tocar....
En cualquier caso, ¿dónde está veraneando la señora Esperanza Aguirre? No siente un poco de vergüenza.
Eulogio López