El pasado 14 de junio, el secretario general técnico del ministerio de Exteriores y Cooperación, Francisco Fernández Fábregas presentó una objeción contra la reserva realizada por Bélgica al artículo 11 del Convenio Internacional para la Supresión del Terrorismo con Bombas. Dos días más tarde dicha objeción fue presentada ante la Secretaría General de Naciones Unidas.
España considera que dicha objeción es contraria tanto al objeto como al fin del convenio. Y es que Bélgica se había negado a aplicar la legislación interna justificando considera Exteriores- el terrorismo en consideraciones de índole política, filosófica, ideológica, étnica, religiosa u otra similar. No obstante, la serena matiza Fábregas- no impide la firma del convenio y su aplicación. Pero si muestra la evidente distancia entre España y Bélgica en materia antiterrorista. Una buena razón por la que Bélgica se niega a la extradición de etarras a España.
En todo caso, llama la atención que España objete la reserva belga en vísperas de iniciar un proceso de negociación con los terroristas que probablemente no sólo viole el espíritu sino la misma letra del convenio internacional.