La tasa de natalidad española es de las más bajas del mundo.
Una de las variables que hay que tener en cuenta a la hora de estudiar el sistema público de pensiones es la evolución de la población. El otro es el económico. Y aunque las medidas tomadas por el Gobierno son el factor biométrico y no tanto en el económico, no han tratado de abordar el aspecto de la evolución de la población que más afecta: la natalidad.
Según el estudio realizado por MAPFRE sobre las Actitudes de los españoles ante la jubilación y la reforma de las pensiones, en el año 2010 en España había un sujeto pasivo (considerado como jubilado), por cada 3,9 trabajadores activos. De esa manera, los 7,7 millones de jubilados dependen en el sistema de reparto de su pensión de 3,9 españoles en activo. En 2030 esa proporción será de 2,5 activos por cada pasivo, mientras que para el 2049 será de un pasivo por cada 1,6 activos, de manera que la población jubilada se multiplicará en casi un 100%, pasando de los 7,7 millones de jubilados actuales a los 15,3 millones.
Con estos datos se comprende que sólo el 29,7% de los españoles considere que el futuro de las pensiones está asegurado.
La única manera de atajar este problema es fomentando la natalidad, índice en el que España se encuentra muy por debajo de la tasa necesaria para una renovación generacional. Sin embargo eso implicaría un cambio educacional -y no tanto de ayudas económicas-, que no parece que en nuestro país se vaya a producir mientras la maternidad se siga considerando una mera esclavitud y una carga para la mujer.
Juan María Piñero
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