- El presidente de ACS, así como los Entrecanales y los Benjumea, presionaron para que Alfonso Beltrán fuera el secretario de Energía.
- El presidente del IDAE era más favorable a subvencionar las energías renovables, cuyos principales beneficiarios son los tres miembros de la Triple A: ACS, Acciona y Abengoa.
- Florentino Pérez ha resultado el más insistente y no ha dudado en utilizar a su amigo, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón.
- Al final, Rajoy y Soria optaron por Fernando Martí, más equilibrado y con más experiencia en el sector.
Un lector bastante ecuánime responde a mi artículo del pasado viernes en Hispanidad. Y tiene razón, en cuanto a que las placas solares individuales deben ser defendidas y difundidas. Pero el problema del déficit de tarifa no está ahí, sino en la fotovoltaica y en la termosolar, cada vez más en esta última, aún no probada con garantías de éxito pero que ya se rebela como la más costosa para los consumidores en el futuro. Bueno, aún más inane resultan las subvenciones al carbón pero el nuevo Gobierno aún no se ha planteado el problema.
Nadie, salvo los promotores de vivienda, tienen nada contra el hecho de que la gente instala placas solares en su domicilio, aunque su generalización resulte un proceso lento. El problema radica en las grandes explotaciones, que, sobre todo en termosolar, son propiedad de tres líderes que son algo más que particulares: las empresas ACS (familias March, con los Albertos y Florentino Pérez), Acciona, el consorcio de los Entrecanales y Abengoa, el conglomerado de la familia Benjumea y que reciben subvenciones públicas ingentes.
Bueno, eso y el carbón nacional, claro está, sobre el cual el Gobierno Rajoy aún no se ha manifestado... porque no se atreve a hacerlo.
En definitiva, el Ejecutivo Zapatero repartió primas a las renovables en su intento para darse un baño de ecologismo pero, eso sí, a costa del contribuyente. La deuda de la energía verde disparó el déficit de tarifa que, a la postre deberemos pagar entre todos consumidores de energía, es decir, entre todos.
El PP ha llegado al poder y se ha percatado del derroche y la verdad es que no sabe qué hacer. Sobre todo porque se está primando una energía innecesaria. Justo ahora, cuando la demanda de energía está bajo mínimos, es decir, que se trata de una energía carísima e inútil.
Pero las primas ya estaban aprobadas y las familias antes citadas no están dispuestas a perder su chollo. Por eso, la Triple A, en especial Florentino Pérez, ha presionado al nuevo ministro de Industria para que el secretario de Estado de Energía fuera uno de los suyos, más maleable y más proclive a mantener la sangría. Se trataba de Alfonso Beltrán, presidente del Instituto de Diversificación y Ahorro energético (IDAE). En especial, Florentino Pérez no ha dejado de presionar para que el Gobierno, es decir, el ministro de Industria y Energía, José Manuel Soria, se olvidara de su candidato Fernando Martí, partidario de la energía nuclear, simplemente porque es más barata y porque tiene claro que es hora de detener la sangría, además de contar con mucha más experiencia en el sector.
En concreto, Florentino Pérez ha hecho valer toda su influencia en el aparato del PP y en especial en su amigo, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón. Pero no ha tenido éxito por lo que la 'Triple A' entona hoy el famoso cántico: "Cuerpo a tierra que vienen los nuestros". Eso sí, nos encontramos en el primer asalto, porque ahora, toda media que se ponga en práctica, tendrá efecto retroactivos y porque, encima, los afectados se han endeudado para poner en marcha sus explotaciones subvencionadas y esa deuda hay que pagarla.
Miriam Prat
miriam@hispanidad.com