A las cajas de ahorros presentes en el capital y en el Consejo de Sacyr, y en especial a Novacaixagalicia (desde el miércoles 19, Novagalicia Banco) no les sentó muy bien la trampa del presidente de la constructora, Luis del Rivero, con la dimisión interesada del consejero Ángel López Corona, vocal en representación de la entidad gallega. Como ya hemos explicado en Hispanidad, la dimisión se planteó como una puesta del cargo, por parte de Corona, amigo de Luis del Rivero, a disposición del nuevo presidente de Novagalicia, José María Castellano. Lo cierto es que era un ardid de Del Rivero para bloquear el nombramiento de otro vocal por parte de Castellano, quien se ha visto obligado a solicitar la convocatoria del Comité de Nombramientos y Retribuciones para hacer valer sus derechos.
Ahora mismo, el Consejo de Sacyr se divide entre nueve vocales que apoyan a Del Rivero y otros nueve que quieren sustituirle. El voto del vocal número 10, o del 19, si lo prefieren, era un voto clave para el relevo el empresario murciano.
Po eso, Castellano, partidario de firmar la paz en la guerra civil que se vive en Sacyr, así como en la batalla entre Sacyr y Pemex contra el presidente de Repsol, Antonio Brufau, empieza a creer, al igual que Bankia, otro accionista de Sacyr que la compañía se encamina hacia el desastre de la mano de Luis del Rivero
Ahora bien, la maniobra dilatoria ha supuesto que la previsión para la sesión del Consejo a celebrar el jueves 20 es que resulta una reunión bronca pero no decisiva. Del Rivero ha ganado tiempo.
Miriam Prat
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