El director de recursos humanos de una gran panadería de Jerusalén atraviesa problemas personales y profesionales: se acaba de separar de su esposa, se ha distanciado de su hija y no le gusta el trabajo que hace. Pero, tras un grave atentado suicida en el que muere una empleada rumana de su empresa, el diario local acusa a la panadería de indiferencia, lo que provoca que a este directivo se le encargue la misión de enderezar la imagen de la empresa llevando personalmente el cadáver de la fallecida a su país natal…
Esta original película dirigida por el director judío Eran Riklis (Los limoneros), a pesar de arrancar con un tema tan dramático como la muerte de una inocente, contiene instantes tan absurdos como cómicos que llegan a provocar la sonrisa. Porque, salvo las secuencias iniciales, El viaje del director de recursos humanos es una singular "road movie", por toda Rumanía de una troupe de lo más variopinta: el director de recursos humanos, el periodista que ha denunciado a su empresa, el hijo adolescente de la fallecida y el vicecónsul de Israel en Rumanía… En esta andadura, este directivo (del que nunca conocemos su nombre de pila al igual que sucede con todos los que le rodean) se redescubre a sí mismo, en un ejercicio que, como el mismo cineasta define, supone una búsqueda de la humanidad "que a menudo se esconde detrás de prejuicios, odio y ceguera".
Basado en una novela de Abraham B. Yehosua, este drama esperanzador de Eran Riklis también enfoca su lente de forma inteligente y certera a asuntos como la dramática situación de los inmigrantes en la tierra "soñada" o la trágica herencia que ha dejado el comunismo.
Para: Los que quieran contemplar un drama de argumento tan original como diferente