La policía británica ha sorprendido al mundo con la detención de 21 presuntos terroristas islámicos en la madrugada del jueves. Según el Gobierno de Londres pretendían hacer explosionar en vuelo no menos de 10 aviones que cubrirían rutas entre Londres y EEUU. Todos los detenidos son nacidos en el Reino Unido, de confesión musulmana y, en su mayoría, oriundos de Pakistán.
Lo más grave, por cuanto supone un cambio de táctica en el terrorismo islámico, es que los terroristas pretendían introducir en los aviones explosivos líquidos no detectables por los arcos de seguridad de los aeropuertos. Posteriormente, en el propio vuelo realizarían la mezcla de sustancias y la harían estallar.
Por esa razón, el aeropuerto británico de Heathrow se ha convertido en un caos y ese caos se ha extendido a todos los aeródromos europeos que mantienen un ritmo regular de vuelos con la capital del Reino Unido. Dada la nueva estrategia terrorista se vigila, especialmente, el equipaje de mano. La policía británica asegura que la operación no ha concluido.