El Santander posee un 10% de las acciones y su opción le convierte en adversario de Jesús Polanco y de las nuevas licencias. Botín tiene total libertad para vender su paquete a quien desee. El banco podría incurrir en incompatibilidad si Banesto entra finalmente en el accionariado de Recoletos.
En España, todo pasa por la tele. Hasta finales de 2006, el Santander Central Hispano (SCH) no venderá el 10% del capital que posee en Antena 3 TV, en cumplimiento del pacto apalabrado, que no firmado, entre Emilio Botín y José Manuel Lara, y que concluye en diciembre de 2006. Eso sí, si Lara lo admite, el SCH puede irse desprendiendo de paquetes (como ya ha hecho) pero la fecha límite es el 31 de diciembre de 2006. A partir de ahí, el banco tiene total libertad para hacer lo que desee y para vender su participación por cualquier medio, sea a un tercero o sea al menudeo.
El acuerdo resulta vital, por cuanto José Manuel Lara controla A-3 TV, pero de forma menos intensa que lo comúnmente aceptado. El reparto accionarial del canal televisivo en abierto preocupa al Gobierno Zapatero, dado que A-3 TV no se distingue por una crítica ácida al Gobierno, pero es el canal que podríamos considerar más próximo al Partido Popular.
A día de hoy, Planeta controla el 33,5% del capital, frente al 17,2% de los alemanes de Bertelsmann, que nunca han renunciado a controlar el canal, y frente al 10% que le queda al SCH -precisamente fue el banco y, sobre todo, Telefónica, quien permitió que Lara se hiciera con A-3 TV-. Ahora bien, nadie conoce cuál es el reparto real de poder que tienen los italianos De Agostini con los españoles de Planeta. Siempre operan conjuntamente, pero el consejero delegado de A-3 TV, Maurizio Carlotti, presume que él no obedece a Lara, que él representa a De Agostini. Y dado cómo se comporta, cualquiera diría que tiene razón.
Por otra parte, el grupo tiene claro que su principal adversario son los alemanes de Bertelsmann. Aunque ya no son tan poderosos en España, ni cuentan con Juan Abelló como su representante en nuestro país, lo cierto es que nunca han renunciado a controlar A-3 TV en solitario.
En cualquier caso, dos nubarrones preocupan a Lara. Por una parte, la llegada de nuevos competidores, uno o dos, en abierto, especialmente el de Canal Plus, porque ya lleva 15 años en el mercado, aunque en su versión mixta: abierto menos de seis horas al día y codificado el resto. Por otra parte, Botín podría encontrarse en problemas para mantener el pacto si se confirma la ya casi confirmada presencia de Banesto, filial de SCH, en Recoletos, a su vez accionista, junto a El Mundo, de Veo TV, porque eso exigiría el correspondiente visto bueno del Gobierno. Y a don Emilio no le gusta nada tener que depender del Gobierno.