Graziano da Silva, Director General de la FAO, elogió a la universidad por apoyar el desarrollo tanto de la agricultura industrial como de la producción a pequeña escala, añadiendo que su investigación ha supuesto una importante contribución para el conocimiento de la agricultura familiar. "Creo -dijo- que hay espacio para ambos modelos agrícolas en el mundo de hoy, les necesitamos a ambos".
Tras señalar que 2014 será el Año Internacional de la Agricultura Familiar, recordó que en la mayoría de los países en desarrollo la agricultura a pequeña escala es el principal productor de los alimentos consumidos a nivel nacional y también la principal fuente de empleo en las zonas rurales.
Igualmente indicó que en las últimas décadas la población rural ha envejecido y en muchos casos se ha vuelto predominantemente femenina. Por ello las mujeres tienen que ser empoderadas y contar con los derechos, políticas, herramientas y recursos necesarios para apoyar el papel que desempeñan en todos los aspectos de la vida rural y la seguridad alimentaria. La gente, especialmente los jóvenes, necesitan también mejores oportunidades económicas que les permita permanecer en las zonas rurales.
Aunque la ciencia y la tecnología deben impulsar el incremento de la productividad y la producción agrícola, Graziano da Silva advirtió a su audiencia que la tecnología no puede ser simplemente exportada de un país a otro y esperar que funcione a la perfección. Debe adaptarse a las condiciones locales.
"La agricultura es muy sensible y específica de un lugar concreto", dijo. "El suelo, el clima, la disponibilidad de agua y muchos otros factores influyen en cómo una tecnología funcionará en otro sitio." "Tenemos que preguntar a los agricultores qué necesitan, qué quieren, ver qué podría encajar, cómo debe adaptarse y garantizar que todo lo que hacemos termina perteneciendo a los propios agricultores", añadió.
Domingo Martínez Madrid