La protesta "a la italiana" les ha pillado con el pie cambiado

No ha gustado nada al Gobierno el gesto de fuerza de la iglesia española. Ha sido convocado en tiempo record y ha sido todo un éxito. Y eso escuece. El cariz de la jornada de la Sagrada Familia ha sido más bien festiva y religiosa. Pero no han faltado las críticas a la política antifamiliar del Gobierno: aborto, divorcio express, adoctrinamiento en la educación. Mons. García Gasco acusó de minar los cimientos de la democracia y Mons. Rouco de incumplir con lo dispuesto en la Declaración universal de los Derechos Humanos. Órdago a la grande.

Así que el informativo de TVE del mismo sábado se quejaba de que el acto de la sagrada familia se había convertido en un acto antifamiliar. Una ‘doctrina' que ha ‘coleado' a lo largo de los sucesivos informativos de la cadena pública de todos y todas.

Y para demostrar la independencia de la televisión pública, el secretario de Organización del PSOE, Pepiño Blanco, muestra en público sus vergüenzas criticando que Mons. Rouco dijera que el Gobierno incumplía la Declaración Universal de los Derechos Humanos. La realidad es que la "protesta a la italiana" ha dejado al Gobierno español con el pie cambiado. ¿Por qué "a la italiana"? En Italia la Iglesia también convocó un ‘Family Day' que aglutinó a 2 millones de personas. Era la cifra mágica y la que se ha utilizado por parte de los organizadores.

Pasado el calentón de Pepiño que anuncia que se dará de baja de la Iglesia (¿estuvo alguna vez de alta?), el PSOE ha optado por un discurso de moderación, aunque insiste en que la Iglesia se aparta de los principios democráticos.