Bernat Soria anuncia el inicio de una "reflexión" sobre la eutanasia, tras un sospechoso giro copernicano

Da toda la impresión de que el PSOE está apretando el acelerador. O considera que las reformas hay que hacerlas al principio de la legislatura, o está más preocupado de lo que muchos pensábamos con la crisis o considera que es mejor ponerse una vez rojo que ciento amarillo.

La última ofensiva es la del ministro de Sanidad, Bernat Soria. Dice ahora que se van a iniciar los trabajos de una comisión de expertos y de una subcomisión del Congreso para avanzar hacia una normativa similar a la de Holanda. Eso sí, no prejuzga el resultado. ¿No? La normativa que propone Soria permitiría aplicar la autonomía del paciente -ya aprobado- para evitar el encarnizamiento terapéutico, que nadie quiere.

También defiende la posibilidad de la sedación, siempre que el paciente esté informado de que es posible que pierda el conocimiento. Pero se suelta la melena cuando dice que "el cuerpo es de cada uno" y que se podría aplicar "incluso en personas que no se encuentren terminales".

Políticamente supone un cambio interesante. Porque hace unos meses Soria no quería ni oír hablar del tema. Pasaba la pelota al Ministerio de Justicia y decía que Sanidad aplicaría lo que estuviera en vigor. Fuera de ello, universalización de cuidados paliativos. Y por si fuera poco, en el curso de verano de la UIMP sobre la muerte digna -el organizado por el Dr. Montes, también conocido como Dr. Muerte- optó por no asistir. Dicen los más perversos que Soria estaba molesto porque Garmendia le había quitado las competencias de investigación sanitaria y no quería jugar el juego del ‘progre'. Tuvo oportunidades para abanderar la causa eutanásica y no lo hizo.

Ahora sí. ¿Qué ha cambiado para que antes se colocara de perfil y ahora encabece la manifestación? Una de dos: o en Moncloa le han dado vía libre para que se desmelene o en Moncloa le han obligado a salir a la palestra para vender más "progresismo" y distraer todavía más el debate.