Gracias a la abstención de CIU y PNV. Con la aprobación se podrá tramitar como proyecto de ley con carácter de urgencia

 

La mañana del miércoles tenía como noticia clave la votación en el Parlamento sobre la reforma de la negociación colectiva que ha estado impulsando el Gobierno. Aunque las cosas no se veían claras, el apoyo de nacionalistas vascos y catalanes bastaba para que la convalidación quedara aprobada.

Y a última hora, el Gobierno ha logrado salvar el escollo gracias al acuerdo alcanzado con CiU y PNV sobre la vigencia de los convenios de ámbito autonómico. De esta manera, el texto se podrá tramitar en el Congreso como proyecto de ley con carácter de urgencia, lo que permitirá que se introduzcan enmiendas en el texto.

En caso de que no hubieran logrado la abstención de los diputados de CiU, PNV, CC y UPN, el revés para el Gobierno hubiera sido muy fuerte después de todo el esfuerzo realizado para que saliera adelante, y se ha logrado, tras varias horas de debate en el Congreso y con nuevas cesiones.

Lo más destacado es que el ministro de Trabajo Valeriano, que ha defendido la nueva norma, ha pedido el voto a favor de la convalidación de la reforma de la negociación colectiva, no era por la bondad de la reforma, sino simplemente por la "problemática" coyuntura económica actual y para reforzar la confianza del resto de países en la economía española. Algo así como que han tenido que hacer la reforma porque se lo han pedido y si no sale adelante, quedan mal ante los amiguetes. Y además, ha tenido que salir a base de decretazo, aquello que el presidente del Gobierno siempre ha negado que haría.

Lo curioso, que todos los que se han abstenido consideran necesaria la reforma de la negociación colectiva, pero no le convence a nadie en la situación actual.

Juan María Piñero

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