Internet se ha convertido en una herramienta potentísima para transmitir mensajes, especialmente si son creativos. Los videos humorísticos de la ETB, el paleto de opá o el ridículo grupo Happiness de Amo a Laura han circulado hasta el infinito. A veces se trata de un gracioso muy cachondo. Pero en la mayoría de las ocasiones son empresas las que están detrás en una campaña de marketing multidisciplinar, en la terminología técnica. Inviertes un poco, pero el retorno es brutal. Ha ocurrido con Amo a Laura.

Hasta aquí nada que objetar. Al contrario, nuestro aplauso a todo aquel que es capaz de lograr generar impacto publicitario mediante la creatividad y el ingenio. El problema surge cuando la campaña comercial viene acompañada de una campaña de opinión. Es conocido que la publicidad transforma la sociedad y viceversa. Pero tratar de transformar la moral colectiva a través de la publicidad deja de ser publicidad para convertirse en propaganda o proselitismo.

Y eso es lo que ha hecho Amo a Laura ridiculizando de manera ingeniosa la virtud de la castidad. Hay que reconocer que el video no sólo es técnicamente bueno, sino que consigue herir en lo que más duele: nadie quiere identificarse con esos personajes cursilones y alelados y por tanto queda rechazado también su propuesta. Dan ganas de hacer exactamente lo contrario, es lo que dicen algunos católicos al verlo. Y es que eso de Asociación Nuevo Renacer por una Juventud sin Mácula, qué quieren que les diga, suena pelín cursilón.

¡Bingo! ¡Éxito! ¿Y ahora qué? Ahora se ha conseguido que todo el mundo hable del video de marras, que la castidad haya quedado como valor ñoño y cursi. Y sobre todo, se ha conseguido hacer publicidad a la MTV, que es la que paga la campaña. La empresa, tan contenta de haber obtenido semejante retorno a coste moderado.

Por cierto, ¿qué creativo ha sido tan listo de hacer semejante campaña? Pues resulta que la campaña ha sido diseñada por Tiempo BBDO. Y ocurre que esta compañía -casualidad de las casualidades- está presidida por Xavier Oliver Conti, a la sazón profesor de marketing de la prestigiosa escuela de negocios IESE, perteneciente a la Universidad de Navarra.

La pregunta entonces es la siguiente: ¿Por qué la escuela de negocios de la Universidad de Navarra -obra corporativa del Opus Dei- alberga en su claustro de profesores a profesionales que agreden directamente el valor cristiano de la sexualidad? El aludido Oliver Conti no sabe ni contesta a las preguntas de Hispanidad.com. Mejor esconder el ala.

Para colmo, el creador de la campaña, Javier Taboada, se permite reírse de quienes escriben quejándose. Creo que ha sido cierta parte de la sociedad quien ha malinterpretado la esencia de la campaña debido a la hipersensibilización. Veamos, a lo mejor no nos hemos enterado bien o hemos malinterpretado. Nosotros nos hemos limitado a basar nuestra estrategia en valores que por contraposición plantean los valores de la propia cadena, porque éstos valores son la razón de ser de la cadena y contra eso no podemos hacer nada, señala Taboada. O sea, a ver si lo interpreto bien: como no podemos cambiar los valores de MTV (que es quien paga), nos hemos dedicado a exagerar los valores de quienes los critican hasta la mofa. ¿Es eso?

Posteriormente, Taboada afirma respetar la castidad, aunque naturalmente, manifiesta su disenso. Nosotros estamos diciendo que no estamos de acuerdo con esa forma de ver el amor, no que sea malo. No, es buenísimo, por eso lo ridiculizamos. Y ya el cenit: Hay marcas que te intentan vender que uno es más feliz teniendo más; yo soy de los que pienso que la felicidad se basa en algo más profundo, pero respeto a quien decide que su vida es esa y no por eso me voy a sentir agredido, más allá de que esté ensuciando el espíritu ingenuo y limpio de mis hijos.

A ver si lo interpreto bien. Resulta que las marcas (todas la marcas, por cierto) tratan de incitar a los consumidores a que compren cosas para ser felices. Por supuesto eso no es la felicidad, el Sr. Taboada lo sabe, pero vive de eso, así que no se siente agredido por ello ya que su devoción a Santa Nómina está por encima de que se ensucie el espíritu ingenuo de sus hijos. ¿He interpretado bien o adolezco de hipersensibilidad?

Por supuesto, el creativo considera que analizando la letra de la canción no se arremete contra nadie. En su opinión, es la imaginación de cada uno la que reinterpreta lo que quiere. ¿Por qué entonces el conjunto de la comunidad internetera ha interpretado lo mismo? Efectivamente, el humor, según Taboada, permite no sentar cátedra ni dar lecciones a nadie. Será más bien que a través del humor han conseguido Uds. un nivel de penetración de mensaje que jamás habrían obtenido con un mensaje meramente intelectual. ¿No es eso? Al pan, pan; y al vino, vino.

A algunos nunca les llega el momento de decir no.

Luis Losada Pescador