Para satisfacer a tan esforzados gestores, la Junta de Accionistas del próximo sábado 18, aprobará un cheque en blanco no se especifica el límite- para premiar a los consejeros ejecutivos o no- y a los principales directivos, con acciones de la entidad. A todo esto, hay que unir un salario de 4,1 millones de euros (el del presidente), 3,3 (el consejero delegado) y 1,2 (el secretario). Además, los tres acumulan un fondo de pensiones de 43, 38, y 6 millones de euros respectivamente, a fin de que no pasen penurias en su vejez.
Sabíamos su salario, y sabíamos que Francisco González era el ejecutivo mejor pagado de España. Entre salario fijo y retribución variable, se llevó en 2005 nada menos que 4,1 millones de euros, pero en 2006 se llevará 300.000 euros más. Sabíamos, también, que en seis años como presidente del BBVA, ya tiene acumulado un fondo de pensiones de 43 millones de euros (lo que le llevó José María Amusátegui, con gran escándalo, del BBVA). Es decir, que en 2005 ha dado un salto de 10 millones de euros en su prejubilación, que no está mal.
Pero lo que no sabíamos es lo que figura en el mismo Informe de Gobierno Corporativo del BBVA, aunque no se vea. Ya saben: ¿Cómo ocultar un elefante en la Gran Vía? Llenando la Gran Vía de elefantes. Así que ahora nos enteramos (ver página 64 del informe) que entre FG, Goirigolzarri (3,3 millones de salario en 2005 y un fondo de pensiones acumulado de 38 millones de euros) y el secretario del Consejo, José Maldonado (1,2 millones de salario y 6 millones de fondo de pensiones) los tres consejeros ejecutivos del BBVA, tiene un blindaje, por si les echan, de 122 millones de euros. Si mantenemos la proporción, a FG le corresponderían 61 millones de euros y Goirigolzarri 36 millones.
¿Bastaba? Al parecer no. Porque en la Junta General de accionistas del BBVA, que se celebrará en Bilbao en la precitada fechada, los señores propietarios, aprobará hasta tres medidas con las que FG, así como el conjunto de consejeros y ejecutivos, salen bastante bien librados. Así, la cláusula 6ª de los acuerdos que se propondrán a los accionistas en la Junta faculta a la presidencia para premiar a sus consejeros, así como a los miembros del Comité de Dirección, con un paquete de acciones de la entidad. Por cierto, que se trata de un cheque en blanco, dado que no se impone cuantía máxima. El austero FG ha elevado el pitorreo de los accionistas en una Junta General a la categoría de arte. No se pierdan las cláusulas 6ª, 7ª y 8ª: no tienen desperdicio. No es de extrañar que consejeros y ejecutivos del segundo grupo bancario español adoren a su presidente: les paga con prodigalidad.
El BBVA se comporta así de forma transparente y traslúcida. Los miembros del Comité de Dirección, los consejeros y, sobre todo, el presidente y el Consejero delegado, se forran violentamente, pero, eso sí, no lo ocultan. Eso que se llama una gestión moderna. Austeridad ninguna, pero eso sí: las cuentas claras. Y los ingresos personales, mucho más. Ningún código Conthe podrá poner la menor pega al enriquecimiento irrefrenable del presidente del BBVA. Si los accionistas son tan tontos como para aprobarlo, ¿quién puede reprocharle nada?