No me considero machista. Ni mucho menos. Pero cuando leo cosas que atentan contra el sentido común, me sale la vena revolucionaria. El instituto de la mujer propone usar albañila, estudianta o bedela en pos de la igualdad de sexos. Supongo que también propondrán albañilo, estudianto y bedelo.

De esta manera eliminamos los genéricos y ya tenemos el problema solucionado. Se ve que es muy difícil hacer tal diferencia con el artículo El o La. El estudiante y La estudiante. El albañil y La albañil. Realmente complicado. No sé ni cómo se me había ocurrido. Creo que hay cuestiones mucho mayores y más importantes para la mujer que diseccionar el vocabulario castellano buscando palabras que atentan contra la igualdad de género. O de sexo. O doméstica. Que ya no sé ni cómo decirlo para que éstas feministas radicales no se sientan heridas. Quizás ésta diferencia por la que ponen el grito en el cielo se halle más en el subconsciente de cada uno que en la palabreja en sí.

Es igual que cuando oigo hablar de clientas, médicas o juezas. Se me pone la carne de gallina por mucho que estén aceptados por la Real Academia. Y que no me digan que es porque tengo una mente retrógada, influenciada por años de discriminación hacia la mujer, porque para escuchar tonterías ya tengo a los Paco Porras de turno. Lo curioso es que estas palabras se encuentran en el diccionario antes mencionado (al menos en intenet), pero cuando busco futbolisto, artisto, pianisto o electricisto me sale que las susodichas no se encuentran en él. Y nadie protesta. Y ningún Instituto del hombre se rasga las vestiduras ante tamaña discriminación. ¡Qué desigualdad! ¡Qué desfachatez!. ¡Qué uso más sexista de la lengua que denigra al hombre!

Por Dios, un poco de cordura, no vaya a ser que nos multen por decir tanta estupidez junta y venga un policío.

Imanol García Abasolo

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