En 1977 ingresa en la carrera diplomática, habiendo sido destinado en las representaciones diplomáticas españolas en Mauritania, Canadá y Túnez. Fue subdirector General de África del Norte, Director General del Instituto de Cooperación Iberoamericana y embajador de España en Bolivia y Colombia.
Posteriormente, en 1997, fue nombrado Coordinador de la ONU y Representante del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, puesto que ocupó posteriormente en Argentina. Desde el pasado mes de mayo, era consultor de la Dirección Regional para América Latina del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. En sus distintas responsabilidades ha defendido que "no hay posibilidad de desarrollo económico, si ese crecimiento no está sustentado en las necesidades del conjunto".