La tasa de actividad de la población inmigrante es del 76% frente al 58% de la población española. Es quizás uno de los datos más significativos de la Encuesta de Población Activa correspondiente al segundo trimestre del año, que se ha hecho pública el viernes.
Por vez primera desde 1979, la tasa de paro española se sitúa en el 9,33% de la población activa, aunque resulta difícil la comparación, dada la nueva metodología de la EPA.
En cualquier caso, parece claro que la economía española continúa creando empleo, más de 1 millón en el último año. El problema económico español comienza a ser más de salarios que de empleo. Los bajos salarios y el alto precio de la vivienda impiden a los jóvenes crear una familia y exigen la aportación salarial de cuantos más miembros mejor.
El otro problema del empleo es la elevada temporalidad, que sigue fijada en un tercio del conjunto.