En Hispanidad temíamos habernos pasado con nuestro juicio del lunes acerca de la postura antinuclear del Gobierno Zapatero, entregado a la causa del timo-mito ecologista.

Como siempre ocurre en Internet, el único espacio de diálogo -no talante- y debate que queda en este mundo, alguien nos respondió enseguida para decirnos que no nos habíamos pasado: nos habíamos quedado cortos. En plata, una de las más importantes eléctricas españolas nos llamó para comunicarnos que sus cálculos aún situaban más arriba, en cuanto a onerosas, poco seguras –para asegurar el suministro, se entiende- caras y, difícil, incluso contaminantes, las llamadas energías renovables. Y es que se trata de cálculos difíciles en los que todos los técnicos coinciden con un más/menos de error: el precio de los combustibles fósiles varía, y en el caso del carbón y el gas los derechos de emisión se dispararán en 2008-09.

En efecto, nos quedamos muy cortos. Según las conclusiones de esa eléctrica, la diferencia entre el coste de producción del kilowatio nuclear y el de las muy ecológicas energías renovables es aún mayor.

Dicho de otra forma, lo que pretende el aprendiz de brujo que habita Moncloa, guiado por su mito ecológico, es cerrar, o dejar morir, nada menos que un parque nuclear totalmente amortizado, capaz de producir electricidad a un precio de entre 8 y 12 euros MGh. Según esos mismos cálculos, el carbón produce electricidad a 25 euros MGh, mientras el gas nos llevaría hasta los 40 euros, más otros 15, si contabilizamos, y hay que hacerlo, la amortización de la inversión. Total: 55 euros. Eso sí, el carbón se pondrá más caro en 2008 y 2009, pero no por razones económicas sino por una decisión política: el coste de los derechos de emisión de nuestro amado Kyoto.

Y demos el salto a la maravilla ecológica, el mito convertido en timo: el MGh de energía eólica, los molinillos de marras, nos salen por 65-70 euros MGh, a lo que habría que añadir otros 15 de amortización, pues se trata de inversiones caras.

¿Y qué me dicen de la energía fotovoltaica, la favorita de la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, la que ha convencido a ZP de que ser verde, incluso tontiverde, tiene premio electoral? Pues el sol tiene el combustible gratis pero las instalaciones son tan caras que salen por más de 200 euros el MGh. ¿Dónde está el timo del mito ecológico? Pues en el Decreto de Energías Renovables. Es decir, en los 3.000 millones de euros que el presupuesto dedicó en 2006, salidos de nuestros bolsillos, para que una serie de empresas pudieran blasonar de responsabilidad social corporativa al tiempo que el ciudadano paga más de lo que debería pagar por el servicio básico de la luz y sin asegurar el suministro.

Un detalle, las renovables precisan térmicas de complemento para asegurar el suministro, o sea, que sí que contaminan. Y ya de paso, el ciclo combinado también emite CO2, aproximadamente un tercio que las técnicas de carbón. Por decirlo de otro modo: aunque toda la energía que se produce en España se tornara ciclo combinado… tampoco cumpliríamos los compromisos de Kioto. Sin embargo, sí lo cumpliríamos, claro, si la producción fuera de energía nuclear y, como ocurre en otros países europeos, si las renovables fueran un complemento de la producción nuclear y térmica, y no la columna vertebral del suministro, como pretende nuestro aprendiz de brujo monclovita.

La lógica impone la energía nuclear en espera de la fusión nuclear, del agua, que será la fuente de energía del futuro. Además, la nuclear es la energía de los pobres y la energía de todos, e incluso se ha avanzado mucho en el tratamiento de los residuos. Es, en suma, lo que impone la lógica, sólo que la propaganda se impone a la lógica… en nombre del cambio climático. En resumen: un mito y un timo. Lo que exige la lucha contra el cambio climático es… la energía nuclear.

A corto plazo, con una red casi colapsada y con una alta dependencia energética del exterior, cerrar una energía de fiabilidad probada no se le ocurre ni al que asó la manteca. Bueno, sí, se le ocurre a ZP, el del mito-timo ecologista.

Y, personalmente, no sé qué es peor: si la desastrosa política energética del gobierno o la credulidad de un electorado que acepta pagar con sus impuestos y sus facturas de la luz la campaña electoral mito-ecológica de los políticos y las onerosas subvenciones a un puñado de empresarios espabilados.

Eulogio López