Nuestro paladín Pedro José nos ha convencido de que la prensa está vendida a Telefónica. La verdad es que la prensa, en España y en el todo Occidente, está vendida a un montón de gentes: empresas, instituciones y personas. Está vendida, para ser exactos, al Sistema de poder, del que forma parte, y parte sobresaliente. El Sistema no es más que el espíritu conservador. Lo que ocurre es que el conservadurismo de hoy se llama progresismo, o discurso cultural imperante desde hace dos generaciones. Son conservadores porque no quieren que nada cambie más que nada porque se encuentran muy a gusto con su actual situación de primacía. Entre los miembros del sistema hay políticos, hay banqueros, hay editores, hay artistas, hay rentistas hay miembros de la judicatura. Por lo general, para dar una apariencia de pluralismo porque el pluralismo forma parte del sistema actual- se dividen en dos bandos , como los masones, tratan de que no se repitan las profesiones. Es el sistema del duopolio : dos partidos políticos, dos grandes bancos, dos grandes periódicos, dos grandes canales de TV. Como en el matrimonio, el Sistema considera que tres son multitud. Y lo que más odia el Sistema es, naturalmente, la independencia ¿Lo grande puede ser independiente? No, porque en cuanto llega a grande o se alía con el Sistema o crea un nuevo Sistema. El Sistema, en resumen, odia lo pequeño y tiende exterminarlo antes de que crezca.
Así, el sistema actual, el progresismo, posee un partido progresista de derechas, el PP, y otro progresista de izquierdas, el PSOE. También dispone de un duopolio bancari BBVA y al SCH (quienes, naturalmente, no son ni de izquierdas ni de derechas, porque la banca debe prestar a todos, sin excepción de personas ni ideologías, aunque sí de patrimonios). El Sistema también dispone de dos periódicos: El Mundo y El País. Y todo lo demás, si ustedes me entienden, son marginales. A veces brillantes, pero siempre sectarios; divertidos, pero inconsistentes. No se engañen: las guerras las suelen ganar los ejércitos regulares, no la guerrilla; las guerras las suele ganar el Sistema. Y si el sistema pierde, entonces es que se ha abierto un nuevo cambio de ciclo, una nueva era.
Un ejemplo de alternativa anti-sistema: ser católico, sólo eso.
Pero, en el entretanto, Pedro J. Ramírez se nos presenta, justamente en la COPE, de la mano de don Fede, la referencia intelectual de la derecha, como ustedes sin duda recordarán, como todo un héroe. Don Pedro afirma (martes 12 de julio) que ningún medio de comunicación se atreve a hablar del Caso Alierta, para que Telefónica no le quite publicidad, pero lo cierto es que Telefónica se anuncia más en El Mundo que en ningún otro medio.
En esas, don Federico, atento a la jugada, nos explicó que también él era un héroe, y no dudó en calificarse como suicida. Era otra de las maravillosas alusiones a sus jefes, los obispados, que son poco jefes y a los que acaba de sacar una renovación de contrato por dos años. Simplemente, una vez que ha renovado contrato se ha creído con derecho de pernada y ha comenzado a decir unas burradas de tal calibre que la Conferencia Episcopal se visto obligada a pararle los pies. Ahora amenaza con marcharse de la COPE. Pues mucho ánimo, don Fede, aunque me extraña que en ninguna otra cadena de radio tenga tanta paciencia con un personaje que tiene un especial sentido de la propiedad privada, por lo que considera que, sencillamente, la COPE es suya. Podría marcharse a Onda Cero, sí, sólo que José Manuel Lara no le iba a permitir lo que la Iglesia le permite en la COPE. Los curas son un chollo para D. Federico Jiménez Losantos y él está convencido de que puede torearles como quiera, hasta la frontera misma de la estafa ideológica.
El mismo Pedro José que utilizaba insisto, en la mañana del martes- la COPE para vender su nueva batalla (recordemos que Ramírez vive de las muescas de su revólver, es decir, de los ministros o empresarios o jueces que logra cargarse), el referente moral de la COPE, era el mismo que abría su diario con la gran noticia social: el primer matrimonio gay.
Y por cierto, ¿quieren saber ustedes porque Pedro J. persigue con tanto ahínco a César Alierta? Pues por la misma razón que en su día persiguió al ex presidente de telefónica, Juan Villalonga. Sólo que a Villalonga, como viejo amigo, le pedía todo el grupo mediático de Telefónica. Por contra, a Alierta sólo le exigió la precitada Onda Cero. Cometieron el error de no dárselo, y claro, eso no puede ser.
He aquí al héroe y al suicida, aunque también gente malpensada, y sólo eso, podría calificar como el chantajista y el estafador. Pero se trata de un chantaje y de una estafa de tipo intelectual, si ustedes me entienden.
Eulogio López