La Ley de igualdad de Trato no hará nada contra los colegios que optan por la educación diferenciada. Por eso, el Consejo de Estado asegura que no se vulnera el derecho de los padres a dar una educación acorde a sus convicciones. Sin embargo, no hacer nada significa exactamente eso: la ley impedirá que los colegios en los que niños y niñas no están juntos reciban subvenciones estatales. Una "sutil" forma de imponer un criterio cuyas bases no están demostradas.
No solo eso, sino que en países como Estados Unidos están de vuelta de la educación mixta y se muestran partidarios de educar por separado para mejorar los resultados académicos.
De paso, la ley se enfrenta precisamente a los colegios religiosos, dado que son estos en su mayoría los que ofrecen este tipo de educación.
Rodrigo Martín
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