De la Vega considera que ellos siempre han dialogado con la disidencia
La contradicción es clara. El acuerdo del europarlamento plantea una posición exigente con el Gobierno de la isla, requiere el paso hacia un sistema democrático pluripartidista y reclama que haya un diálogo con la disidencia. Moratinos, en cambio, insiste en una posición dialogante porque da resultados. Desde Moncloa se considera que ambas posiciones no son discordantes sino todo lo contrario. Es decir, De la Vega se empeña en hacer círculos cuadrados.
La prueba del algodón: el diálogo con los disidentes democráticos. La posición común de la UE plantea la necesidad de abrir ese diálogo. De la Vega sostiene que nunca se ha cerrado, pero la realidad es que a los disidentes democráticos se les dejó de invitar a la Fiesta de la Hispanidad. No parece que cerrarles la puerta sea un gesto dialogante.