- Este año recibirán sólo 52,7 millones en subvenciones frente a los 65,8 millones de euros que se distribuyeron en el 2012.
- De esta cantidad, PP y PSOE se llevan entre los dos 38,5 millones de euros.
- Soraya sugiere que utilicen técnicas más baratas para llegar a más gente y se modernicen.
- Confía en que ante los recortes no busquen financiación ilegal "del mismo modo que no lo hacen los ciudadanos".
- La frase no puede resultar más anacrónica, dadas las actuales circunstancias.
La vicepresidenta de Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría (en la imagen), ha anunciado este viernes, al término del Consejo de Ministros que los partidos políticos con reprentación parlamentaria se repartirán este año 52,7 millones de euros en concepto de financiación ordinaria, la cantidad supone un 20% menos que la que se distribuyó en el año 2012, que fue de 65,8 millones de euros. Y a la vez, un 40% menos que en el 2011, con 82,3 millones de euros.
La vicepresidenta ha justificado la rebaja mediante el argumento de que también ellos tiene que asumir los ajustes exigidos a los ciudadanos. Tal vez, ha asegurado, tendrán que "modernizarse" y "adoptar técnicas más baratas" que les permitan llegar "a la misma o más gente" que aquella a la que llegaban con los métodos tradicionales.
El Acuerdo del Consejo de Ministros cita explícitamente, de acuerdo con la Ley de Subvenciones, la concesión de subvenciones al Partido Popular y al Partido Socialista Obrero Español por rebasar en cada caso la cifra de doce millones de euros. Son 24,5 millones de euros en el caso del PP y 14 millones de euros en el caso del PSOE.
Esta cantidad se concede de acuerdo a lo dispuesto en la Ley Orgánica sobre financiación de los partidos políticos, de 4 de julio de 2007, y en el Reglamento de desarrollo de la Ley General de Subvenciones, de 21 de julio de 2006.
La Ley Orgánica sobre financiación de los partidos políticos fija que la consignación presupuestaria se distribuirá en tres cantidades iguales. Una de ellas se repartirá en proporción al número de escaños obtenidos por cada partido político en las últimas elecciones al Congreso de los Diputados, mientras que las dos partes restantes se distribuirán proporcionalmente a todos los votos obtenidos por cada partido en dichas elecciones, en este caso las del 20 de noviembre de 2011.
La vicepresidenta, al ser preguntada si no teme que los partidos busquen otras fórmulas de financiación privada o ilegal ante la disminución de los recursos procedentes del Estado, ha manifestado que no tienen por qué hacerlo, del mismo modo que los ciudadanos no lo hacen cuando son víctimas de los recortes. Una contestación muy diplomática y políticamente correcta, pero, a la vista de todo lo que está ocurriendo, resulta absolutamente anacrónica, cuando no surrealista
Sara Olivo
sara@hispanidad.com