Doble contra sencillo a que lo venden como una manera de elevar la independencia del cuerpo. Y eso a pesar de que el Fiscal General del Estado, Cándido Conde Pumpido ha sido el Fiscal General más dócil al gobierno. Y sobre todo, el que destituyó al fiscal Eduardo Fungairiño tras no gozar de su confianza, abriendo el paso a la negociación del gobierno con ETA sin frenos ni interferencias.
Pumpido culmina de esta manera su etapa en la Fiscalía General. Y en prenda de tan buenos servicios al gobierno perdón, al Estado- Zapatero le tiene preparada la sucesión de Francisco Hernando. Un carrerón a la sombra del poder. ¿A qué está bien?
Y para que no falte de nada, el nuevo Estatuto del Ministerio Fiscal profundizará en la organización autonómica del cuerpo, preparando a los fiscales para una nueva justicia de proximidad, es decir, la conversión de los superiores de justicia en supremos de cada CCAA. Una forma de destruir el Estado y la autonomía del ministerio fiscal, sometido ahora más a los arbitrios del gobierno autonómico de turno. Todo sea por la carrera. ¿Y Montesquieu? El francés murió y fue enterrado hace rato, como recordaba acertadamente Alfonso Guerra. DEP.