De la Vega no quiere decirlo, pero lo piensa. No digáis que seguiremos en todo caso, porque no lo he dicho. No, no lo ha dicho. Sólo ha dicho no van a suspender nada cuando se le pregunta sobre si el gobierno paralizaría el proceso. Vamos a seguir trabajando. Aunque se muerde la lengua. No voy a decir lo que no quiero ni pienso. Aquí ya estuvo a punto de llegar al insulto, aunque es consciente de que eso de insultar termina siendo un muy mal negocio. Mentir parece mucho mejor. Y tras las mentiras, las advertencias: No van a desgastar al gobierno sino al mismo proceso de paz en el que la mayoría tenemos puestas muchas esperanzas, añade
¿Cómo va a conseguir el Gobierno recuperar la confianza de los populares?: vamos a seguir trabajando, para finalmente señalar estar segura de que finalmente terminarán entrando (¿por el aro?) porque se trata de un proceso demasiado importante como para quedarse fuera. Estamos hablando de algo mucho más importante.
No obstante, la este viernes la vice se ha puesto nerviosa. La reunión del PSE, si existe, nunca será política, ha señalado. ¿Qué significa si existe; está en cuestión?, le preguntan. Más nerviosa. Hay que ir a los hechos, no a las palabras. Y los hechos, De la Vega, además de los tres meses de alto el fuego son que la kale borroka sigue amenazando a medios de comunicación y empresas y que Batasuna está crecientemente envalentonada.
Por cierto, curiosa ausencia de transparencia de De la vega que se ha negado en varias ocasiones a contestar a las preguntas de los periodistas si el presidente Zapatero se ha reunido con Rajoy. Se ha limitado a decir que tienen comunicación fluida y que por prudencia quien debe gestionar esas reuniones es Rajoy. No voy a decir nada ni lo diré nunca, remarcó con mayor firmeza ante la insistencia de los periodistas.