Las declaraciones de los presos etarras ponen en evidencia el fracaso de la "verificación" del Gobierno

No hubo verificación. O si la hubo, tuvo serios fallos. Una conclusión fácil, porque en aquellos tiempos de la pacificación, el entonces presidente del Foro de Ermua, Mikel Buesa, realizaba unos contrainformes de verificación que evidenciaban que seguía habiendo actividad etarra. Pero ahora los etarras lo han confesado, durante la época en la que negociaban con el Gobierno, preparaban el atentado contra la T4. "Me da igual cuándo", dijo este jueves Zapatero. Y algo similar viene a decir De la Vega este viernes: "no vamos a retroceder a esos días".

Una forma de negar la realidad. O les tomaron el pelo, o el Gobierno miró hacia otro lado, o el interlocutor no era válido. Algo pasó. No vale pasar página como si nada pasara. La autorización del Parlamento de mayo de 2005 autorizaba al Gobierno a dialogar con ETA siempre que se verificara de manera fehaciente su voluntad de no seguir atentando. Obviamente no se verificó. Lo que muchos pensábamos. Y ahora el discurso es. Pasemos página. No es justo.

Por lo demás, De la Vega responde lo mismo que Zapatero: hubo unas circunstancias que llevaron al presidente del Gobierno a tomar una decisión (le deja sólo frente al peligro), "fue ETA quien rompió, y en ese tiempo no se bajó nunca la guardia". Y concluye. "No hay ningún otro escenario que acabar con la violencia de manera firme y contundente".

Y como el periodista que le preguntó le había dejado absolutamente acorralado, añade. "No es el momento de las ocurrencias". No, es el momento de las salidas fáciles.