Sr. Director:

Hace pocas mañanas un amigo me contó como por la puerta del mayor negocio abortista de Madrid entraban en una hora entre quince y dieciocho mujeres, en su mayoría chicas jóvenes. Yo no me lo creí, ¡Venga ya!, le dije. Ve tú mismo y lo compruebas. Y ni corto ni perezoso, la mañana del pasado jueves me aposté allí, y entre las nueve y las diez de la mañana conté dieciocho mujeres, número que multipliqué por los 350 euros que, como mínimo, cuesta la ejecución de un aborto, y me di cuenta de que por encima del derecho a la vida del no nacido, por encima de la salud psíquica de las mujeres y por encima de las alternativas dignas para ellas, para poder elegir por una maternidad que en ocasiones se les niega por puro machismo, prima un negocio, el de los abortorios, que a unos pocos les sale muy rentable.

Ojalá las administraciones adopten el Plan Red Madre y entre todos las podamos arropar. Al menos, les demos una opción libre y real, y consigamos, poco a poco, que el aborto deje de ser la primera y más rentable causa de muerte en España.

Jesús García Sánchez-Colomer

jgarcia@semanarioalba.com