No tiene desperdicio el artículo de Aragón Liberal. Para entendernos, recordemos que dos son las píldoras postcoitales existentes en el mercado -ambas abortivas-: la Norlevo, fabricada por la multinacional italiana Chiesi y la Postinor de la multinacional alemana Bayer. Y no olvidemos que lo de menos es la vena al por menor, dado que estos dos laboratorios ya ese están forrando con ventas al por mayor, la que realizan entidades públicas progresistas, que las reparten gratuitamente a las adolescentes marchosas sin hacer demasiadas preguntas. Ejemplo: el muy progresista alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, lleva años regalando píldoras postcoitales a todas las adolescentes que se la reclaman -especialmente la mañana de los sábados y de los lunes- en los conciertos municipales... sin permiso de los padres y sin coste alguno para la peticionaria.
Pero lo que no sabíamos es que el informe que sirve de argumentario al Ministerio de Sanidad para la expedición de la pildorita de marras había sido redactado por un abogado casado con un -o sea, una- alto cargo del Ministerio de Sanidad y al servicio de una multinacional fabricante del mismo. De propina, con el apoyo -un gran apoyo mediático- del Grupo Europeo de Derecho Farmacéutico, que, por pura casualidad, preside el susodicho Amarilla.
Por cierto, con la insigne caradura propia de Gay-Ardón, el señor alcalde se ha apresurado a marcar distancias con el Gobierno Zapatero con la promesa de que revisará el previo dictamen médico para expedir la píldora. Es decir, para hacer lo que lleva haciendo desde hace años, sin prescripción médica y no para niñas de 16 años, sino a partir de 13. Si esto será así que, cuando, dos años atrás, el alcalde de Madrid fue preguntado por la dispensación de este tipo de píldora abortiva -no confundir con la RU-486- en los centros municipales, el alcalde, que entonces no tenía que marcar distancias inexistentes con el PSOE, recordó que la edad legal mínima para mantener relaciones sexuales consentidas eran los 13 años. Y se quedó tan fresco.
Lo que nos retrotrae a la pregunta de siempre: ¿Quién es peor, el socialista Zapatero o el popular Gallardón? No lo tengo claro pero estoy seguro de que la respuesta tiene forma de viejo refrán español: al mejor hay que ahorcarlo con las tripas del peor. Pura metáfora, licencia literaria, como ustedes comprenderán. Recuerden que no es deseable la muerte de nadie; si acaso, que se vaya al Cielo.
¡Buen trabajo, Aragón Liberal!
Pta: Por supuesto, un defensor de la vida no debería comprar ningún producto Bayer -ni la aspirina- ni Chiesi. Consumo inteligente le llaman a esa figura.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com