El Gobierno lo sabe: la educación diferenciada obtiene -en general- mejores resultados académicos que la mixta, pero no ya en España, sino en la inmensa mayoría de países europeos y en otros del resto del mundo, y eso tanto en centros privados como públicos.
Esto no es un principio religioso ni una cuestión de derechas. El diario El País -nada sospechoso de "derechón"- ha publicado en abril una entrevista a Anne Moir, neuróloga, doctora en genética por la universidad de Oxford; es autora del libro Brain sex, en el que expone los beneficios de educar a niños y niñas por separado en función de las diferencias neurológicas entre ambos sexos.
En España solo se imparte educación diferenciada en centros privados, concertados o no. El Gobierno -cualquier Gobierno- está al servicio de los ciudadanos, y debe facilitar a éstos la práctica de sus derechos. Por ello, debe posibilitar a todos los padres la libre elección del tipo de educación que quieren para sus hijos, sea en un centro privado o uno público.
A la espera de la construcción de nuevos centros públicos diferenciados, procede se ponga la Administración a la tarea de convertir un número de los existentes en aulas separadas para chicos y chicas.
Amparo Tos Boix