Sr. Director:
El feminismo es ciertamente uno de los peores males del siglo XX y de los primeros años del XXI. La planificación de la decadencia de la sociedad se ha basado sustancialmente en llevar a la mujer a aborrecer su propia condición. Negando la diferencia entre sexos se llega al caos. Nadie está en su sitio, reina el desorden en la humanidad. Dios creó al hombre y a la mujer para que se complementasen y se ayudasen mutuamente, no para que hubiese enfrentamientos entre ellos. Si la mujer se aborrece a sí misma y no se valora cómo portadora de cualidades intrínsecas a su condición, no puede pretender que el hombre la respete. No, hombres y mujeres nunca seremos iguales, es imposible. La naturaleza creada por Dios no se puede cambiar.
María del Carmen Antoja Giralt