El presidente de la CEOE y su socio en Marsans, Gonzalo Pascual, imputados por el caso Aerolíneas (ARSA), necesitan el apoyo de Hacienda y de la SEPI. El gobierno argentino interviene ARSA y expulsa a los directivos de Marsans del país. Pero su sonriente presencia en el Congreso del PSOE acaba con la paciencia de sus críticos en la patronal, convencidos de que Ferrán les va a traicionar en plena crisis. Santiago Herrero y Jiménez Aguilar preparan una candidatura alternativa, con el apoyo de Jesús Bárcenas, de CEPYME, y de algunas federaciones. Ferrán ha perdido, además, el apoyo de Esperanza Aguirre aunque conserva el de su gran valedor en el PSOE: Javier Gómez Navarro

Es la batalla por el control de la patronal CEOE, un organismo de mucha influencia social, mediática y política. Lo preside Gerardo Díaz Ferrán el hombre del Grupo Marsans junto a su socio eterno, Gonzalo Pascual, sólo que Ferrán no se ha entendido con el secretario general, Juan Jiménez Aguilar, heredado de José María Cuevas. Los rebeldes no han conseguido elecciones anticipadas, que se celebrarán cuando estaban previstas, en febrero de 2010, y encima el propietario de Marsans amenaza con presentarse a la reelección por cuatro años. Mientras, Santiago Herrero, técnico que preside la Confederación de Empresarios Andaluces (CEA) y el propio Jiménez preparan una alternativa, con el apoyo de Jesús Bárcenas, de CEPYME, y de otros jefes de la patronal. El presidente de la territorial navarra, José Manuel Ayesa, perteneciente al grupo de los conjurados, asegura que Ferrán se está sirviendo del cargo para sus propios intereses. Una acusación que apunta a la gran acusación que pesa sobre los hombres G (Gerardo y Gonzalo), que comenzaron su fulgurante carrera de la mano del ministro socialista Javier Gómez Navarro, hoy presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, el hombre que les vendió Marsans por una pesetas y donde comenzaron a enriquecerse.

Marsans, de hecho, es el grupo arquetípico que ha crecido siempre por el mismo camino: empresas públicas en crisis que pasaban a sus manos, con las correspondientes inyecciones de dinero público. El proceso culmina con el regalo que el Gobierno Aznar hace a Marsans de Aerolíneas Argentinas (ARSA), que vende a los hombres G por un dólar y, además, les regala 758 millones de dólares del erario público español para reflotarlas. En estos momentos, el presidente de la CEOE y su socio están imputados en un juzgado madrileño por desvío de fondos públicos, delito fiscal y estafa procesal. En concreto, la Agencia Tributaria les acusa de haber defraudado 100 millones de euros al fisco español dentro de la operación Aerolíneas.

Con el sumario abierto, y siendo que en este sumario es vital la actitud de la SEPI, se produce el vuelco. Ferrán y Pascual, empresarios de derecha dura, emparentado Pascual con el último presidente del Gobierno del Franquismo, Carlos Arias Navarro, se dedican a apoyar al Gobierno Zapatero. Muchos empresarios no salen de su asombro cuando Ferrán acude al Congreso del PSOE y se funde en un afectuoso saludo con el presidente del Gobierno, justo en vísperas de un diálogo social que se prevé duro por la crisis. De hecho, la presidenta del Gobierno de Madrid, la pepera Esperanza Aguirre, no quiere saber nada con Ferran, que hasta hace unos pocos meses fuera su empresario de cámara e incluso candidato para sustituir a Miguel Blesa al frente de Caja Madrid.

En definitiva, los críticos de CEOE le llaman traidor, porque sospechan que está utilizando el cargo en su propio beneficio, especialmente para ganarse la no beligerancia, o el apoyo, del Gobierno en el caso Aerolíneas. Por de pronto, el apoyo de la SEPI y la neutralidad de Hacienda.

Y, por si todo esto fuera poco, un nuevo varapalo para los hombres G desde el otro lado del océano. El martes, al gobierno de Cristina Fernández se le agotaba la paciencia e intervenía Aerolíneas y anunciaba que se iba a hacer cargo de la gestión. Enrique Meliá, primer ejecutivo de Marsans en Buenos Aires, abandonaba su despacho con el 60% de la flota en tierra y con el gobierno argentino financiando el pago de salarios de los trabajadores en Aerolíneas. La prensa argentina advierte que la Casa Rosada avisó a La Moncloa de la intervención, mientras los sindicatos acusan a Marsans de vaciar Aerolíneas utilizando los aviones de la flota en operaciones de otras compañías del grupo Marsans. Como dicen en la CEOE, por una sola vez, y sin que sirva de precedente, los argentinos tienen razón en arremeter contra una compañía española.