Sr. Director:
Zapatero dijo: "del agua del Ebro no beberé", ahora, como muchas otras veces, tiene que hacer lo contrario de lo que prometió. ¿Recuerdan?
Se equivocó con el llamado "proceso de paz", se precipitó retirando sin guardar formas ni compromisos mínimos con la retirada de tropas de Irak, y fue imprudente con el explosivo tema de los estatutos de autonomía, se ha equivocado con la LOE derogando una ley al inicio de su aplicación y sin conocer resultados.
En relación al tema del agua, cometió el error de cargarse de plano, sin matizaciones, el Plan Hidrológico Nacional, que incluía el trasvase del Ebro y un importante plan de regadíos para Aragón. Ahora, la pertinaz sequía, además de hacerle beber el agua del Ebro le hace tragar el sapo de tener que resucitar parte de aquel Plan Hidrológico aznariano. Por más que se quiera disimular con eufemismos semánticos.
Lo peor es que la torpeza de no querer reconocerlo ya ha abierto la guerra territorial del agua. Y la misma torpeza ha cometido el Govern de Cataluña, cuyos miembros del tripartito que lo componen, también se habían juramentado, por motivos electoralistas, en no tocar "ni una gota" del agua de aquel río. Y ahora la necesidad les lleva también a contradecirse, bajo artimañas vergonzantes.
Y es que, en política, señores Zapatero, Montilla, Carod y compañía, como en la vida, nunca se puede decir: "de esta agua no beberé". Eso, cuando aún era niño, me lo enseñó mi abuelo.
José Morales Martín
jomomartin@gmail.com