La verdad es que la vicepresidenta, para esto de las palabras es una auténtica maga. Sabe muy bien que quien gana la batalla del lenguaje ha ganado la batalla de las ideas. Y en esas anda. Así que ahora trata de que dejemos de hablar de efecto llamada, que tanta pegada ha tenido, para que empecemos a hablar de efecto salida. Es decir, conocer las causas, las raíces de la inmigración ilegal. De esta forma, el Gobierno se dispone a trabajar con perspectiva de largo plazo en afrontar el reto migratorio.
Pero sobre todo, coloca la inmigración como tema fundamental de la agenda hasta que lleguen las próximas autonómicas y después las generales. Así nos encontramos entretenidos con un tema, que en el fondo es bastante menor. Toda una estrategia diseñada desde los despacho de comunicación de Moncloa, capitaneados por Fernando Moraleda.
Y así, los otros temas se han quedado descolgados. No habrá debate sobre financiación autonómica en esta legislatura, y el debate estatutario y el proceso quedan relegados a un muy segundo plano. Tampoco habrá Conferencia de Presidentes prevista por las elecciones catalanas. Y el debate en Senado sobre el Estado de las Autonomías queda pospuesto para más ver. Todo está paralizado por el calendario electoral. Y el gobierno juega a matar el tiempo con la inmigración, como el equipo de fútbol que va ganando : no arriesgan los últimos minutos y se dedican a perder el tiempo. Y lo peor: los de enfrente no se dan cuenta de la estrategia y siguen tratando de tocar pelota o desviándose por los vericuetos del 11-M que no les llegarán demasiado lejos. ¡Vaya oposición!