En la Escuela Gallega de Administración Pública se maneja el nombre de Francisco Caamaño como su próximo director. De corpulencia generosa y barba poblada, Caamaño no habría encajado bien con la vicepresidenta del gobierno, Mª Teresa Fernández de la Vega, quien apostaría por su "galleguización". La Escuela Gallega de Administración Pública es un retiro honroso, él quiere regresar a su tierra a toda costa y su "cuadrilla" está copando los puestos en la nueva Xunta de Touriño. Vamos, que no se lo quiere perder.
De esta manera se matan dos pájaros de un tiro. De la Vega se quita de encima a un Secretario de Estado de Relaciones con las Cortes que le resulta incómodo, y Caamaño consigue regresar con los suyos, ahora que los suyos alcanzan el poder.