Se llama Ricardo Souto, tiene 27 años y es ingeniero informático. Residente en la ciudad de Artemisa, en la Provincia de La Habana, fue detenido en noviembre del pasado año, cuando por segunda vez se hizo a la mar para huir de Cuba e intentar alcanzar las costas de Florida.
Fuentes cubanas de toda solvencia han comunicado a Hispanidad que su padre, médico en la misma localidad, continúa sin saber de qué se le acusa, aunque su familia en Estados Unidos no logra hablar con él desde abril. Hasta ese momento el preso podía recibir una visita al mes, durante 10 minutos, en la prisión de Melena del Sur, a 50 kilómetros al sur de la Habana.
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