Una de las manipulaciones más habituales del Siglo XXI es jugar con el tiempo, esto es, la técnica favorita del Dircom. Vivimos en el siglo de los dircom, la figura más emblemática de la sociedad de la información. ‘Dir-com' es una abreviatura que significa "director de comunicación", también conocido como "portavoz", figura nacida en el mundo empresarial, pero que se ha extendido a oda la economía a toda la política y a todas las institucionales multinacionales. El ‘speaker', u orador, anglosajón no es más que la variante anglo del dircom continental). En la empresa es el segundo que más manda, después del presidente, y lo mismo ocurre en el Gobierno. Lógico: en la sociedad de la información no vales por lo que eres sino por lo que dices.
Pues bien, el truco favorito de los dircomes consiste jugar con el viejo dios Cronos. Ellos marcan lo que son los hechos y cuándo se produce. Esto no es verdad. Ellos saben que lo va a ser mañana, o dentro de unas horas, pero ahora no lo es. O mucho más fácil: loes pero tú no puedes demostrar que lo sea, porque sólo lo sabe el presidente y el dircom. Luego apelan a la ética (¡Ay de ti, Ética, cuantas inmoralidades se perpetran en tu nombre!) y, muy serios y circunspectos, te advierten de tu deontológico deber para con los lectores, y te recuerdan, en un alarde de originalidad aquello de "no dejes que la verdad te estropee un buen reportaje" o con mucha más apreciación te aconsejan que "no te hagas pajas mentales". Cuando llegan a este punto, puedes dar porcina la información que reclamas). De hecho, ningún periodista puede estar convencido de la veracidad de una noticia hasta que el dircom de oficio no te la niega de forma tajante.
Pero volvamos al tiempo y hagámoslo con dos ejemplos bien distintos y distantes:
Hablo con uno de los dircomes más poderosos de la empresa española interesado en la compra de Iberia. Su postura es muy sencilla: todo lo que digo es falso porque aún no se ha vendido Iberia. Y como no se ha vendido, no pueden hablarse de las opciones de los compradores, y como vendedores y compradores aún están negociando, no se puede hablar de la corpa de Iberia porque la compra no se ha producido. Lo que debo hacer es esperar a que compradores y vendedores emitan el comunicado final y yo reproducirlo negro sobre blanco o bit sobre pantalla. Lo otro no sería ético. De hecho, el comunicado que debo reproducir, sin comentarios ni apostillas, es el remitido por el susodicho dircom: no debo fiarme de dircomes de otros compradores y vendedores, porque son mala gente poco amante de la mentira. Y si otra cosa hago, estoy en le terreno de las "pajas mentales". Ni que decir tiene que el subsuelo se está negociando a cara de perro entre aerolíneas, fondos de inversión, capital-riesgo y hasta gobiernos. Para Deusto dircom, todo pajas mentales. Durante el Franquismo se decía que "libertad pero dentro de un orden, el orden policial". El Régimen de los dircomes, asimismo autoritario, prefiere este otro: "transparencia dentro de un orden: de mi orden".
Vamos con el segundo ejemplo. A lo mejor algún lector de Hispanidad recuerda el debate que mantuvimos con el director de Amnistía Internacional en España, Esteban Beltrán. En Hispanidad defendíamos que AI había entrado en el Nuevo Orden Mundial (NOMN) desde el momento en que había pasado a considerar el crimen del aborto como un derecho humano a defender. De inmediato, Don Esteban, jugando con el dios Cronos, advirtió que tal información era falsa, dado que ese asunto estaba siendo debatido en el seno de la Organización (lo que recordaba aquello del debate justo pluralista: diez minutos para los judíos y otros diez para los nazis) y, por tanto, no se podía concluir anda.
Ni que decir tiene que cuando alguien abre un debate para ver, no ya si admite el aborto, sino si el aborto debe ser elevado al a categoría de derecho humano inviolable, es previsible cuál va serla conclusión…. Que es la que ha sido. Lean en la agencia ACI dónde está ahora, apenas un año después, Amnistía Internacional. Para ser exactos, no es dónde está ahora, sino dónde estuvo siempre.
Hace una década, en periodismo se repetía esta máxima: "Donde no hay publicidad resplandece la verdad". En el siglo XXI debemos modernizar el aforismo: "Cuando habla el dircom, la verdad en el rincón".
Eulogio López