No es una manifestación, es una celebración. En defensa de la familia cristiana, el próximo domingo día 30, en la madrileña Plaza de Colón. Y ha hecho muy bien el Arzobispado de Madrid. Celebración, no eucarística, a medio camino entre el acto litúrgico y la convocatoria pública. ¿Se invitará a los políticos? En principio no. En principio, se invita a las familias de los políticos, para que acudan como un fiel más. Hasta ahí todo bien. Pero... Cabe la posibilidad de que los políticos de Izquierda Unida no acudan, más que nada porque no se sienten católicos. Lo mismo podría decirse de la mayoría de políticos del PSOE, aunque en esto hay excepciones, con el riesgo añadido de que una de las excepciones, sea don José Bono, conocido ecléctico que lo mismo predica en una mezquita de Tarrasa que acude a comulgar con bizcochos en San Carlos Borromeo. En principio, no me pregunten por qué, sospecho que serían algunos líderes del Partido Popular -al menos si no se imponen las directrices de Pedro Arriola, asesor de Mariano Rajoy y eterno explorador de almas laicas- quienes acudirían a la convocatoria. Por ejemplo, acudiría José María Aznar, bajo cuyo mandato los abortos en España pasaron de 40.00 a 80.000, y se aprobó la administración de la píldora del día después y de la distribución píldora postcoital. ¿Acudiría Alberto Ruiz Gallardón, que hoy le besa le anillo papal y mañana te matrimonia dos gays sin despeinarse? ¿Acudiría doña Esperanza Aguirre, que financia el 20% de los abortos que se perpetran en la Comunidad de Madrid, el porcentaje más alto de toda España, comunidades socialistas y nacionalistas incluidas? ¿Acudiría Federico Trillo, quien, mucho antes del gaymonio de ZP, ya había abierto las casas de la Guardia Civil a las parejas gay (no puede resistirse: es un filántropo)? ¿Acudiría, Ana Pastor, la flamante ministra de Sanidad que comenzó la masacre de embriones humanos en España en 2003, semanas antes de acudir, tocada con una mantilla, para arrodillarse ante Su Santidad durante una ceremonia de canonización? ¿Acudiría José María Michavila, bajo cuyo mandato el entonces fiscal general del Estado, paralizó las investigaciones sobre el fraude de ley permanente de las clínicas abortistas, por ejemplo, las del famoso doctor Morín, que sólo han sido posibles, qué cosa, con el Gobierno ZP? ¿Acudiría Eduardo Zaplana y Rita Barberá, los dos políticos valencianos que inauguraron las leyes de pareja de hecho y obligaron a votar contra su conciencia a todos los diputados populares de las Cortes valencianas? ¿Acudirían a aplaudir a la familia cristiana todos aquellos ministros de Aznar cuya vida familiar representa un atentado contra la familia cristiana? Algunos piensan que fuera del PP no hay salvación; hay otros que, aún a riesgo de quedarnos en minoría, qué quieren que les diga, nos parece como que no. Pero seguramente estamos equivocados. Eulogio López eulogio@hispanidad.com