Antes muerta que en Boadilla, gritaban los trabajadores del Santander cuando don Emilio decidió trasladar la sede corporativa del Grupo a la localidad madrileña de Boadilla del Monte, sita a 15 kilómetros del centro de Madrid. Pero ahora les va gustando. En cualquier caso, allí se han reunido los jefes de una red inmensa de oficinas en la Convención anual de banca comercial.
Observen la instantánea, que tiene tela: todos los señores armados con la corbata roja y la llama logotipos del Banco Santander que viste, el primero, su presidente. Son los hombres Botín. En otro país con más sentido del humor y menos respeto al poder ya se habrían rodado varias películas con este motivo.
¿Y de la convención qué? Pues poca cosa. Que 2010 tiene que ser el año de la apertura gradual del crédito pero sin alegrías. Los avales, contraavales y semiavales, continuarán.