Dicen los pro-vida norteamericanos que las clínicas abortistas son los únicos hospitales en los que la mortandad alcanza al 50% de los pacientes. El otro 50% salva la vida, pero suele quedar tocado, mejor, tocada, psíquicamente.
Pero, eso sí, es un buen negocio. Por ejemplo, Guillermo Alfonso Sánchez Andrés, propietario de la clínica madrileña Dator (el mayor 'abortódromo' de España), es presidente de una empresa saneada que en 2002, según obra en el Registro Mercantil, ganó destripando cerca de 10.000 seres humanos unos 210.000 euros (35 millones de pesetas). Eso sólo en Dator, porque el negocio crece, y ya se ha diversificado temática y geográficamente: posee en Canarias otro matadero, de nombre Gara, y ha entrado en el sector turístico (esperemos que la oferta no conlleve "interrupción voluntaria del embarazo" con descuentos).
Y naturalmente, ni por un momento sospechamos que el señor Sánchez Andrés maneja dinero negro procedente de inmigrantes o impecunes, que acuden a su muy digno establecimiento. Por tanto, aceptamos la cifra del Registro (a fin de cuentas, no podemos hacer otra cosa; las autoridades fiscales y judiciales se niegan a investigar este tipo de negocios: hasta tiene su correspondiente concierto con la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, tan dignamente presidida por doña Esperanza Aguirre).
Su correligionario, el ministro de Trabajo y portavoz del Gobierno, Eduardo Zaplana, es, asimismo, un hombre preocupado por agradar a todo el mundo. Por ejemplo, ha tenido la feliz idea de conceder la Cruz de Oro de la Orden Civil de la Seguridad Social a la Casa Cuna de Santa Isabel de Valencia, regida por la orden de Las Siervas de la Pasión, dedicada, entre otras cosas, a acoger a madres tentadas por el aborto. La Reina doña Sofía le hará entrega del galardón a la directora de la Casa Cuna, madre Aurora Gallego. No se pierdan la entrevista que le ha hecho la Agencia Veritas (www.agenciaveritas.com) porque es muy probable que palabras como estas no las verán en muchos sitios.
Un premio merecido, sin duda, aunque sorprendente. Porque, a lo mejor, si el Gobierno, precisamente a través de la Seguridad Social, se dedicara a hacer lo mismo que la Casa Cuna a quien premia, se conseguirían tres cosas: que no se asesinara a 70.000 niños en España (en 2001, la ministra Ana Pastor sigue sin facilitar las cifras de 2002 y 2003, que estamos en elecciones y no conviene); que las Siervas de la Pasión no tuvieran tanto trabajo y pudieran dedicar sus cuidados a otros menesteres, y que Guillermo Alfonso Sánchez Andrés se dedicara a ganar dinero matando pollos sospechosos de ser potadores de la gripe aviar... por ejemplo.
El próximo 14 de febrero, los pro-vida volverán a manifestarse ante la Clínica Dator, sita en la calle Hermano Gárate de Madrid, bajo el lema "Enamórate de la Vida". Es casi obligatorio acudir, porque si no llega a ser por estos jóvenes, y no tan jóvenes, vocingleros, el gran enemigo del ser humano, la rutina, habría provocado que los españoles estuvieran aún más cloroformizados (¿sodomizados?) de lo que lo están. Que no es poco.
Eulogio López