Por supuesto, la gente se mosquea. Muchos habían viajado de Madrid para aprovechar el fin de semana de los Santos. La exposición acaba el próximo 15 de noviembre y querían aprovechar los últimos días. Vano intento. Loren va primero. El resto, el vulgo, mala suerte. Así que los ciudadanos responsables presentan una reclamación. Se llegan a presentar hasta 40. Los trabajadores de la exposición no sabían dónde meterse ante semejante cacicada.
Pero la historia no acaba aquí. Al día siguiente, sábado 3 llega el comisario de la exposición, Juan Carlos Elorza, acompañado de dos personas. Se cuela, como es entendible. Los visitantes, ya empiezan a mosquearse. Pero su mosqueo fue mayúsculo cuando tras la entrada de Elorza, se cierra la exposición durante 40 minutos. El señor necesitaba tranquilidad para enseñarle la muestra a sus acompañantes sin tanto pueblo. ¿Creían que las cacicadas se habían acabado? Se equivocaron.