Sr. Director:
¿Nos inventamos a Dios? ¿Por qué existe dolor en el mundo?
¿Son irreales los milagros? A estas preguntas -compañeras de viaje desde que el ser humano apareció en la Tierra- responde el químico y médico Francis S. Collins en su último libro "The Language of God", director del proyecto público que secuenció el Genoma Humano, descubridor de la base genética de varias enfermedades, este prestigioso científico fue ateo en su juventud y ahora es cristiano.
Su conversión se debe a que el concepto de bueno y malo, el conocimiento innato de la ley moral, el altruismo y la búsqueda universal de Dios, no son fruto de una creación cultural o producto evolutivo, sino pruebas racionales de la existencia de un Dios fuera del Universo, del tiempo y del espacio.
La naturaleza que observamos también nos lleva a un Dios creador. Es, pues, racional la creencia en Dios, y la fe y la ciencia se complementan.
La ciencia explora el mundo material y el religioso. Realidad que no puede ser objeto de la ciencia, que no puede contestar qué será de nosotros después de la muerte o por qué existe el universo.
Si Dios creó el mundo material y el espiritual, no puede haber contradicción entre ellos.
De ahí que Collins pida a sus colegas científicos que examinen con mente abierta y sin prejuicios la hipótesis de la existencia de Dios.
Clemente Ferrer Roselló
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