La Comunidad de Madrid había anunciado que votaría en contra del nuevo modelo de financiación autonómica, salvo que Génova dispusiera otra cosa: Génova dispuso otra cosa y Aguirre se cuadró. Finalmente se abstuvo junto al resto de las CCAA. Hubo que obedecer en la estrategia de los prebostes del PP de no echarse al monte, no dar sensación de frentistas, etc. Además, un día antes Rajoy había animado a los presidentes de las comunidades autónomas a que siguieran defendiendo los intereses de los ciudadanos. Blanco y en botella.
Sin embargo, Ceuta no obedeció y ha pasado inadvertida. Dijo que votaría que sí y votó que sí. ¿Y qué pasa con la directriz de Génova? Una de dos: o Génova prefiere mirar para otro lado, en cuyo caso, parecen existir dos varas de medir. O bien, Génova prefiere el perfil bajo, no molestar y sólo impedía votar en contra, pero no votar a favor. Lo que no se entiende entonces es por qué Rajoy consideraba que la medida era discriminatoria, injusta, ineficiente, etc.