Por eso mismo, también aseguraba el abajofirmante que se trata, no de profesionalizar, sino de des-profesionalizar y, de paso, de re-cristianizar una institución que corre el peligro en el que han caído tantas órdenes religiosas educativas, líderes en la enseñanza de las matemáticas y nulos en el catecismo.
Pues bien, dado que algunos ponen en solfa esa excesiva profesionalización de los propagandistas, vamos con algunas cifras: una tercera parte de los miembros de la ACdP trabaja para la Fundación. De los 13 secretarios -que nombra el presidente en este caso Dagnino- 12 cobran sueldo de la fundación.
Es así como se crean pequeños vicios. -Lo de pequeños es un verdadero eufemismo-: de los 120 firmantes de apoyo a la candidatura de Dagnino más de 60 entraron a partir del 2005, es decir, los introdujo Dagnino. Es decir, que los propagandistas están calcando los métodos de la campaña política electoral: se trata de ganar a los otros, porque son enemigos de los nuestros.
Está claro: si no quieren que el CEU entre en barrena, Dagnino y Romero deben irse, se debe suprimir el carácter ejecutivo y respecto a los de recristianización Bueno, ésa es otra historia un poco más complicada y que no se arregla con la dimisión de los dos candidatos.
Oiga, y los propagandistas nacieron para cristianizar la sociedad no para medrar en la sociedad desde un organismo cristiano.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com