Señora Valenciano, el 30 de abril, "Día del Niño", he recordado sus palabras al ministro de Justicia.
Las considero una apología del aborto. Son opuestas a las del gran escritor vallisoletano Miguel Delibes, que abandonó el socialismo porque este partido debe defender al débil y hace lo contrario cuando del niño no nacido pero concebido, se trata.
Usted considera "progre" el aborto; pero "no hay nada más progresista en la vida que defender la vida", expresó Delibes.
Los ideólogos del aborto recurren al ropaje de palabras positivas para disimular la tamaña injusticia que encierra. ¿Por qué tapan lo que esconde el aborto, con vocablos como "progreso" y "salud reproductiva" ¿No será porque es un negocio muy lucrativo y quieren que cuele entre la gente sin un criterio formado Es la hipocresía de los nuevos verdugos. ¿Ha visto usted, alguna vez, salir, del "abortorio", a mujeres que se quedaron sin su niñito
La sensación de vacío y de pena debe ser tremenda. Se las ha visto, a algunas, salir llorando y con un muñeco ¿a cambio de su hijito Sí, señora Valenciano, todos en general y los políticos en particular, deben defender la vida de la madre y la del hijo de sus entrañas antes y después de nacer. Matar, el humano, al humano, máxime si éste es inocente, no es socialista ni progresista, sino "un crimen nefando".
Josefa Romo Garlito