La historia de los chamizos abortistas de Carlos Morín es una historia de inmunidad y de ampararse en legislaciones con vacíos legales. Pero una serie de acontecimientos se enlazaron para hacer que el "Caso Morín" se convierta en el más importante de la historia del aborto en los últimos 30 años:
El rotativo Sunday Telegraph en el año 2004 y la televisión pública danesa en 2006, dieron a conocer el caso. El seguimiento de las entidades civiles en defensa de la vida. Una valiente mujer que, bajo protección judicial y como testigo protegido, contó por escrito a la Guardia Civil lo que sucedía en los chiringuitos de Morín. Finalmente, una jueza y una fiscal que decidieron hacer un seguimiento del caso hasta el final.
Se trata de un macro-juicio: 115 delitos de aborto, otros tantos testigos, 12 imputados, cientos de declaraciones y miles de folios de actuaciones judiciales y policiales, una investigación de 6 años y cientos de prisión para los imputados. Solo para Carlos Morín se piden 345 años de prisión.
El juicio empieza el 14 de septiembre y será largo: 7 sesiones en septiembre, 14 en octubre y 11 en noviembre. Muchas declaraciones. Allí se hablará del truco de la "urgencia ginecológica", del engañoso "riesgo psíquico", la red para traer embarazadas de Italia, de Dinamarca, de Inglaterra, de los formularios pre-fabricados y de los médicos que sirven para todo.
La tosquedad y deshonestidad que rodean al negocio del aborto saldrá a la luz...
La prensa y el Gobierno siguieron desatendiendo el caso hasta que en diciembre de 2007 la Guardia Civil entró en los abortorios de Morín y empezó a sacar documentos y a Morín aprisionado. Entonces sí que saltó a los medios de comunicación. Al aborto le gusta ser invisible: cuanto más se ve, más feo es.
Por último, el caso Morín despierta el debate moral al nivel más básico. Se pudo ver cuando el periodista danés entró en 2006 en el despacho de Morín, después de haber filmado con cámara oculta, cómo cualquier aborto podía justificarse alegando riesgo psíquico o ginecológico.
Será un caso histórico, pero depende de la generosidad de los que quieran hacer historia en defensa de la vida.
"El niño por nacer es un ser humano a partir de la concepción, y su vida debe ser respetada. Esa vida fue redimida por Cristo, esa vida es un regalo de Dios", afirma el teólogo suizo, Karl Barth.
Clemente Ferrerclementeferrer3@gmail.com