Sr. Director:
Por circunstancias de la vida estoy viviendo en Inglaterra por un tiempo. Echando un vistazo a los titulares de aquí, me quedo pasmada ante una noticia del The Sun, que lanza una campaña para salvar la Navidad.
Se están prohibiendo en este país los adornos, así como las imágenes en tarjetas y en la calle de la Sagrada Familia (María, José y el Niño Jesús) y de ángeles por resultar ofensivas (curiosamente, con el "gordito de rojo" nadie se mete). Algún alcalde ya lo ha puesto en práctica y empresas, que sólo felicitan por el nuevo año... hasta lo han quitado de las tarjetas navideñas de la Cruz Roja y, si quieren cantar villancicos -algo muy popular aquí-, lo pueden hacer, pero no anunciar. El líder de la oposición, en defensa de la Navidad, comenta que es algo de tradición inglesa (¡¿inglesa?!). Como no acabo de creérmelo, decido buscar algo más cuerdo, más lógico y me refugio en la prensa española. ¿Y qué me encuentro? Que el señor alcalde de Madrid ha puesto de luces de navidad en las calles palabras como serpiente, canuto, ciego. Por favor, señor Gallardón, devuelva el encanto a mi ciudad, no quiero regresar y ver un anuncio del diccionario de la Real Academia. Yo, y muchos otros queremos, como decía aquella conocida canción, ¡volver a casa por navidad!
Si seguimos así, esta madrileña de pro, se marcha en estas fechas tan familiares y entrañables, a Belén, con los pastores.
Montserrat Lorenzo
cuquelor2@hotmail.com