Se trataba de conjurar el efecto del 11-M sobre el PP, y que ahora se puede volver contra el PSOE

Las manipulaciones del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, en periodo electoral no conocen límites. Fuentes policiales han comunicado a Hispanidad su enfado con la detención de una célula islámica. En las ediciones del viernes, algunos periódicos aseguraron que se iban a inmolar en el metro barcelonés el mismo día de la detención, cuando lo cierto es que todavía estaban buscando los explosivos. Para no se sabe qué.

Es más, otras fuentes policiales van más allá y hablan de confidentes de la policía. En cualquier caso, el juez ha detenido a 10 de los 14, y Rubalcaba ha podido demostrar que el Gobierno ZP lucha con igual fuerza contra ETA que contra Al Qaeda.

Lo mejor ha sido el título de El Periódico de Cataluña, del grupo Zeta: 11-S, Nueva York, 11-M Madrid, 7-J Londres y en letras más grandes 19-E Barcelona.  ¿Es que acaso se iban a suicidar con un cuchillo?

Lo cierto es que el PSOE necesita mantener la acusación de que el PP mintió el 11-M de 2004, porque esa presunta mentira le catapultó a La Moncloa. Ahora mismo, Rubalcaba teme mucho más un atentado islámico que otro etarra. Si la mano de Al Qaeda está detrás, supondría que el tiempo de gracia de Rodríguez Zapatero con el fanatismo musulmán se ha terminado, y que Ben Laden no necesita de la injusta guerra de Irak para intentar recuperar Al Andalus.