El Gobierno se ha vuelto beligerante en relación a la OPA de E.ON. El mismo vicepresidente económico, Pedro Solbes, sostiene que el Ejecutivo debe intervenir para lograr la simetría en el trato del sector energético. Añade que el Ejecutivo debe de buscar la garantía en el suministro. Y eso parece haberse convertido en un indicador adelantado del rechazo de la CNE, o al menos del veto parcial: compra sí, pero sin nucleares ni carbón.
Y como pintan bastos, el presidente de E.ON, Wulf Bernotat, ha decidido acudir a España a caldear el ambiente. Lo ha hecho en el marco de un desayuno de trabajo organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica. No se atreve a poner en duda la independencia de la presidenta de la CNE, Maite Costa. Supongo que si está ahí es porque el Gobierno habrá entendido que es suficientemente independiente. Tampoco quiere denunciar las presiones del gobierno español sobre la CNE. No me constan, no tengo evidencia. Incluso señala que están teniendo un trato muy profesional. Pero eso sí, hay una cosa que deja clara. No existe ninguna razón por la que la CNE puede frenar la operación. Eso es presión, aunque Bernotat prefiere hablar de argumentación: oferta sólida y posibilidad de crear un mercado europeo, incrementar la interconexión con el incentivo comercial de operaciones empresariales.
Y más: Bernotat no ha querido pronunciarse sobre su encuentro con Zapatero. Fue una conversación privada, lo que se dijo y el tono de la conversación se lo dejo al gobierno; somos gente educada y no tenemos ningún problema en hablar entre nosotros
E.ON es muy exigente en los estándares y tiene un proyecto sólido para Endesa y el mercado español, señala Bernotat, que añade que la compañía está cumpliendo con todas las exigencias de la CNE. De momento ha remitido al organismo español los balances de las 900 empresas del grupo durante los últimos tres años. Un total de 12.000 folios. No soy yo quien debe decidir cuál es la información necesaria o suficiente, pero siempre cumplimos con todo aquello que se nos requiera. Por cierto que Bernotat informa que E.ON pidió un alargamiento del plazo para poder cumplir con los requisitos impuestos por la CNE. Ahora ya no hay prórrogas, sino cierta impaciencia y Bernotat solicita que el informe no se demore más y se conozca cuantos antes: julio mejor que septiembre. Por supuesto, agosto se considera perfectamente inhábil.
¿Por qué tanto optimismo en el resultado de la CNE?, le pregunta Hispanidad. La CNE sólo puede aplicar la ley; y no puede pensar en ningún motivo que haga frenar nuestra operación, insiste Bernotat. El presidente de E.ON añade que descuentan el visto bueno incluidas las centrales nucleares. No tengo ideas sobre el freno, no lo preveo, sentencia. Tampoco prevé tener que recurrir al Tribunal de Luxemburgo. No lo prevé, pero considera que en caso de que la CNE decida permitir la compra de Endesa sin nucleares ni carbón, se estudiará, aunque matiza que se trata de especulaciones de las que no conviene hablar. En resumen: Estamos aquí para tener éxito, no nos planteamos la retirada, vamos a intentar el éxito
Por lo mismo, no se plantea nuevas alternativas, pero matiza que nunca están en un proyecto en un 100% y que por lo tanto están observando posibilidades de crecimiento corporativo en Turquía, Rusia sólo Moscú es como el mercado español y Europa del Este. Nos concentramos en esta operación no en otras, pero existe plan B. Más que nada porque el mismo Bernotat ha puesto mucho de su prestigio personal en la operación sobre Endesa que ahora se le puede ir de las manos. En cuanto a los 29.000 millones de euros de aval, Bernotat señala que no están en la caja fuerte, sino un préstamo que podremos utilizar en el caso de que tengamos éxito. Curioso condicional en medio de un mar de afirmativos.
El problema no radica en el abastecimiento. Desde el Gobierno se ha lanzado la especie de que en caso de que existan problemas de suministro, E.ON privilegiaría a los consumidores alemanes respecto a los españoles. Mal argumento porque como explica Bernotat, transportar la energía resulta carísimo. Así que en caso de que hubiera dificultades en el abastecimiento escenario lejano que todavía no ha ocurrido, según el residente de E.ON- habría restricciones para todos. Pensar en un trasvase de energía de España a Alemania no es creíble.
Mejor argumento es la reciprocidad en el veto. Aunque Bernotat califica el asunto de tontería, confirma que el veto gubernamental sobre Rhurgas existe si la operación es realizada por países terceros, ajenos a la UE. O sea, que haberlo, haylo. Y el Gobierno español puede aplicar la misma medicina en la búsqueda de la reciprocidad. Una cuestión sobre la que Bernotat no ha querido manifestarse.