Es lo que toca en estos momentos. Se puede quemar las sedes del PP, que siempre habrá una justificación. Se dedican a crispar. Lo mismo ocurre con la COPE. En lugar de censurar los actos de acoso realizados por las juventudes de ERC el presidente del Parlament de Cataluña, lejos de su papel institucional, considera que no existe serenidad suficiente.
Además, considera que hay voces recurrentes que se basan en la mentira y la difamación. Ya saben, nunca mencionar directamente, pero tampoco censurar una actuación impresentable políticamente. ¡Vaya con el carácter institucional del presidente del Parlament!