Así lo dice su página. El candidato demócrata a la Presidencia de Estados Unidos podría convertirse en un "apóstata perseguido" por los fanáticos islámicos

Vísperas de los caucus (asambleas) de Iowa, la primera cita electoral importante aún dentro de las primarias de cada partido. Resulta que los sondeos dan por delante a Barack Obama, por delante de Hillary Clinton, se entiende. 

Por eso, el nombre de Obama empieza a brillar. Además, atengámonos a lo políticamente correcto. Si Clinton puede ser la primera mujer presidente de los Estados Unidos, Obama puede ser el primer negro en llegar a la Casa Blanca.

Ahora bien, más complejo es el del origen musulmán de Obama. Así, su propia página WEB aclara lo siguiente: "Barack Obama no es musulmán y nunca ha sido musulmán". De hecho, Obama pertenece a una pequeña iglesia protestante llamada la Iglesia de la Trinidad de Cristo. Pero, como aclara el libro Cristianos venidos del Islam, más grave sería que hubiera sido musulmán, y hubiera apostatado. No porque el Islam condene la apostasía con la muerte, sino porque así lo ha interpretado el fanatismo islámico, y así lo interpretan hoy algunos regímenes, como, por ejemplo, Arabia Saudí, el gran amigo de Estados Unidos en el mundo del petróleo.

Ya lo saben: ni lo es ni lo fue.