El candidato primero es el Sabadell, aunque no hay abierta ninguna negociación. Banesto es la munición de liquidez que Emilio Botín necesita para dar un nuevo salto. La política de expansión y dividendos de Ana Patricia Botín tienden a ese fin
Lo que no son cuentas son cuentos. El aforismo favorito del presidente del Santander, Emilio Botín, ha vuelto a aplicarse al caso Banesto, una entidad que se está preparando para su venta. Digamos que el Español de Crédito, que preside su hija, Ana Patricia Botín, es una especie de munición de liquidez para cuando llegue la gran oportunidad con la que sueña el banquero más famoso de España. Una gran oportunidad que ahora tiene como escenario más probable el dificilísimo mercado hispanoamericano sin descuidar cualquier oportunidad que pueda surgir en China.
Por tanto, y como hace siempre, Botín ha puesto un listón monetario, un listón de cuentas, que no de cuentos. En resumen: Botín ha dejado claro que Banesto no se vende por menos de 20 euros por acción (ahora cotiza en el entorno de los 17,5 euros). El cambio en la política de dividendos de Banesto no es ajeno a esta situación. Ana Patricia Botín pretende ser generosa, aunque eso no basta para que la acción repunte.
Al mismo tiempo, el banco abra oficinas con gran celeridad, a razón de 2,7 empleados por sucursal, lo que no deja de tener su gracia. Se trata de ofrecer un banco universal, especializado en particulares y pymes en todo el territorio nacional, condiciones apetitosas para las grandes entidades.
Ni que decir tiene que si Banesto se vendiera en buenas condiciones Ana Patricia Botín pondría el broche de oro en su carrera hacia la sucesión. Por fin podría presumir de haber adecentado y potenciado una entidad, porque su currículum profesional, hasta Banesto, era, como las fincas en Extremadura, manifiestamente mejorable.
Botín estaría dispuesto a vender a cualquiera, siempre que pague esa cantidad, y la oferta tiene un plazo de caducidad. Ahora bien, el postor más esperado continúa siendo el Sabadell de Josep Oliú y Juan María Nin. La entidad catalana se ha especializado la multimarca, y el banco que mejor encaja en un grupo que ya ha deglutido a Herrero, Atlántico o Urquijo, es, sin lugar a dudas, Banesto. Ahora bien, día de hoy (es decir, a 17,5 euros que no a 20), Banesto vale 12.100 millones de euros, frente a los 10.300 de Sabadell. Es decir, una apuesta muy fuerte para Oliú, pero estaría encantado de asumirla.
En cualquier caso, un dinero que no viene nada mal en el caso de que Botín quiera comprar algo, por ejemplo en Estados Unidos, que se ha convertido en su última obsesión, sin descuidar China, claro está. Cualquier combinación es posible, incluso el canje con sus socios del Bank of America.
Todo ello sin descuidar la posibilidad de hacerse con el BBVA, especialmente con su red nacional. El diario Cinco Días calcaba un informe del alemán Dresdner sobre dicha posibilidad en los mismos términos en que lo explicara tiempo atrás por ejemplo, un 25 de septiembre- Hispanidad.
En efecto, Botín considera que tragarse al BBVA es difícil, pero tampoco va a permitir que se le meta en el patio trasero una gran entidad. Por eso, está dispuesto a contra-opar cualquier oferta sobre el banco que preside FG, que tiempo atrás se quedó sin estrategia, a pesar de tener una red más rentable que la del Santander.